martes, 18 de septiembre de 2018

Sin pena ni gloria



Hace poco publiqué un disco. Un disco solista. Claro, sin la parafernalia del single, el videoclip promocional y las acostumbradas ruedas de prensa que acompañan estos eventos mediáticos.
Decir que he rechazado todas esas cosas es realmente una vulgar mentira, digamos que por el momento, no estoy en el lugar ni en el animo preciso para ello.
Sin embargo, he podido meditar un poco, casi de soslayo, acerca de la tendencia casi religiosa que tengo de enaltecer mis fracasos. Aunque este disco no sea uno de ellos, tal vez a nivel mediático, si lo sea. Pero era algo totalmente previsto y totalmente lógico, puesto que no hice lo conducente a tener un resultado distinto.
Sencillamente me adhiero a la sensación que te recuerda que lejos ha quedado la gloria, pero sin ponernos ridículos y asegurar falsamente que esto me ha deprimido; por el contrario, se que puedo disfrutar de la tibia cobija que me brinda la total y nunca bien ponderada intrascendencia.
Salud por eso.

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