miércoles, 15 de julio de 2009

de lo que se parece..

Te pareces a esa lagrima que se asoma cuando me abaten las memorias
a esa luna con cara de muñeca, de payaso, o la que nunca pude identificar,
a mis noches en vela, a tus noches de libros y dramas de llanto y cobija,
te pareces a tantas cosas que recuerdo haber olvidado.

te pareces a esa sonrisa y a esos dedos juntos, que bailan, sin mi..
te pareces a la palabra melancolía,
a la palabra insatisfacción,
al dolor, a carcel, angustia y libertad..

te pareces a ese espejo que te recuerda y me tiñe los ojos de rojo
de poemas rotos, de canciones incompletas, de imagenes frias
de utopias logradas, de notas bien ejecutadas, de miel y salsa inglesa
de tortugas en el lavabo, de aeropuertos, de mil viajes, mil fiebres
mil arcadas, mil sueños, mil dias y pocas canas

te pareces a mis sueños, lo que no llegaron nunca
los que se hicieron noches de libertades no ganadas
de amaneceres sin sol, sin desayuno,
te pareces a mis culpas, a mis inocencias y a mi vino,
a mi comida y mi luto, te pareces a mi vida, a lo que fui
y lo que quiero ser,
te pareces a lo que no has debido parecerte nunca.
a injusticias, a balsas sin playa, a hueso sin carne
al aire que no pude respirar.
Te pareces y no te apareces, es que se hizo tarde
y esta nublado,
si, queda un cigarro mojado, si
quiero dormir y soñar
que te pareces..

lunes, 13 de julio de 2009

No le puedes decir basta al rancio sabor de adios
no puedes decir que no quieres otra pizca de sin sabor
no le puedes decir basta a la coqueta soledad
que te roza, te seduce, te acaricia y te reduce

no le puedes decir que no al pasar del tiempo en su mirada
no le puedes decir que no, que se olvida de ti cada dia que pasa
si le entregaste mil mañanas y diez noches sin sábanas
o un par de jugos, un café y tres tostadas

no le puedes decir basta al rancio sabor del adios.

lunes, 6 de julio de 2009

de los ojos bien cerrados..


Ahora que pensaba que tenía la razón, justo cuando terminaba de perderla por completo..
Por mucho tiempo trataste de alejarte de ti mismo, del contacto con lo básico, del contacto con lo que te hace humano, no la razón, sino los sentimientos, la fe, el perdón. Por muchos motivos, creciste con una reticencia basica a la expresión del alma (si ella existe), y te hiciste una pequeña capsula con una empalagosa tendencia fisiónica a implotar hasta no dejar nada a salvo a tu alrededor. Cuando de tanto callar, guardar lo que te come y sentir que no quieres sentir mas que la inexpresión de ti mismo, te hace un adicto al fracaso emocional y la perturbación sin limites del dia a dia y no te permite apreciar de ningún modo el lado amable de la vida.
De repente es algo genético, de repente es un trauma no recordado, de repente no es nada, simplemente ideas que fuiste desarrollando como justificación a un carácter introspecticvo y reservado hasta la náusea.
Por unos años tuve la ligera impresión que te habías podido escapar (como muchos) de ti mismo. Lastimosamente, el tiempo se encargó de demostrar que sólo te hiciste de la patetica costumbre de maquillar la depresión con mil y una tretas que solo cobraron las victimas que mas amaste. Pero el tiempo, aun sin quererlo, pasa.
Hoy, un dia mas, como amanece el héroe de acción de las peliculas luego de la escena final, esa escena que no se ve, pero que de existir tal personaje, tendría que ser asi; brutalmente molido y cansado luego de la jornada del dia anterior, sin ganas de nada mas que de tomar analgésicos y comer bien, descansar y no ver un arma de fuego mas nunca en la vida; asi se siente cuando sobrevives a ti mismo y pasas una etapa dura que no deja de doler, pero sabes que pasó.
El gran asunto es enfrentarte a ti mismo horas mas tarde, en la misma pelea que casi no sobreviviste. Mas bien -y repensándolo-, el gran asunto es decidir enfrentarte a ti mismo otra vez. Dejar de mirarte al espejo y mirar alrededor (porque si, la instrospección proviene de un narcisismo exacervado, lo queramos o no. De la estupida contemplación de la tragedia personal, del mas vil enamoramiento del reflejo); y mirar a la que tal vez te está mirando, que te regala riesgos, pero a la vez un poco mas de vida a tu vida, sin vida, a la que te sonríe y quiere conocerte; porque los sentires pasados son pasados aunque no lo quieras y te parta el alma aceptarlo; a la que te tiñe de gris la soledad y te invita a pasear a donde no sabes; a la que no te conviene y por lo tanto la hace la adecuada; a la que no existe y a la inventas cada vez que recuerdas sus risas; las risas de todas aquellas que fueron tus victimas, tus pecados, tus panteones y purgatorios.
Y dejaré de pensar y trataré de volverme ese corrientazo que pasa por la espina, ese enfermo que decreta el fin de la razón y se abraza de los molinos de viento que lo perseguían. Prefiero morir de en manos de otra que de mi mismo.

jueves, 2 de julio de 2009

memorias de mis musas tristes...



Ayer comenzó con lo mismo de cada semana, no me quiere ver la cara, no me quiere hablar, no se decide a mirarme de reojo para que pueda tomar la pluma fuente de tinta rara, y volver a escribirle a los 3 kilos de dolor que siempre me esperan en el lado derecho de la cama.
Ya hoy ha debido volterarse y dirijirme al menos una miradita de desprecio, esa que siempre me sonroja y me pone a divagar entre los recuerdos y la gran sabana de lamentos en los que se había convertido mi sórdida existencia desde hace años. No lo entiendo y no me parece lógico, si la semana pasada no solo me miró sino que se me acercó suavemente y con la mano me recorría la espalda hasta erizarme la voz y el recuerdo, no lo entiendo. La ultima vez la pasamos de maravilla, conversamos del pasado, de los malos ratos, de las infamias, de esa cicatriz que no cura nunca, de el puré de reproches en que se había convertido mi año nuevo, de la sinfonía de lamentos que nos hacia tan felices y que nos sentabamos a escuchar esos sabados por la noche, juntos, solos, con un buen pinot noir a la luz de varias velas y una lamparita que alumbraba poco.
No lo entiendo, si la ultima vez la hice mia al compás de mis lágrimas y la desazón de ambos nos arropó hasta el amanacer. No comprendo que pasó, si eramos tal para cual.. un par de enfermos de desamor y desventura que alucinabamos en una vorágine de melancolía colectiva exquisita..
no entiendo que pudo haber pasado.
Estan tocando el timbre, es otra persona... tiene otro rostro, me da luz.
Debe ser por eso que no vino más.