lunes, 8 de diciembre de 2008


Me acariciaste como lo hace un alma que quiere dar amor y me inspiraste respeto, agua bendita y musica de guitarra y de cajón. Aprendí a quererte cuando no quería querer nada mas, porque me mostraste en tu poema, tu poema complicado, otra vida, casi fiel lectura de tu Llosa y tu Vallejo.
Grande Granda que me contagió con sus notas y su cadencioso vals ese orgullo que no sentía y que calor de hogar me dió tu brisa fria que como rocio mañanero apagaba de mi alma las llamas que consumían mi paz y mi cordura.
Lima, me regalaste jardines, oceano y montaña, me diste en la boca la comida de tus entrañas, me regalaste tu caña y tu cebada, la coca verde de tu sierra blanca;
Lima gris, Lima blanca, me regalaste tu Barranco, su aire y sabor a mañana.
Jerga rara, caras lindas, puritanas, aire de otro mundo, de Paris, de glorias pasadas.
Tu gente cuadrada, amable y esforzada, tu gente que siente aun el yugo en sus espaldas.
Lima querida, Lima adornada, Lima la horrible, la bella, la deseada.
Lima tus caminos, tu maiz y tu empedrado..
Lima querida dejame que te diga tu gloria,
Lima bohemia llevame otra vez de tu puente a la Alameda.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sabia que en el fondo entenderias aunque sea un poquito porque de mi cariño por esa lima, que tambien ahora a mi me hace en el fondo tanta falta.
Muy bien escrito Hermano