Quería olvidarme de las puertas, los abrigos
las orillas frías de tus ojos,
de los cuentos, los amigos, las narices frías,
del "cuenta conmigo"..
Quería olvidarme y recordaba tus cartas tristes
y tu cara empapada de suspiros y de rimel,
de reproches y de un par de besos con los que no contabas.
Y entendí que no tuve ni el tacto ni el tino,
de los dinosaurios después de un buen vino,
ni el ocaso perfecto, ni la luna creciente,
ni las barbas que remojas cuando ellas te mienten;
ni el verso perfecto o el poema oportuno,
ni el croissant de nostalgias en el desayuno..
Y entendí que hay manzanas, que hay gusanos
y que hay prisas sin destino y faroles sin luz
que alumbran tus manos.
1 comentario:
Irónicamente, lo primero que leí de ti.
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