de los años

Algunos años desde que no escribía aqui. Han pasado muchas cosas, tanto en mi entorno como en la vida que uno se empeña en catalogar como "personal". Lo cierto es que casi 6 años después de haber escrito por ultima vez en este blog (al que recurro frecuentemente, como el que visita a una tia querida); me he animado a dejar algunas letras por aqui. 

La vida pasó y con ella muchas ideas, sueños y espectativas que me han dejado un sabor agridulce en la boca y en el pensamiento. Si, con los años desarrollé una (casi) exitosa carrera como fotógrafo. Si, hice lo que juré que nunca haria; mudarme a Usa (pais del cual retorné hace casi año y medio). Si, me volvi a casar. Y si, deje de ver a mi hija hace casi 3 años. Un tema que trataré de no tocar, aunque me imagino que será como tratar de no tocar el tema politico en Venezuela. Mi cabello ha empezado a pintar algunas canas, tímidas aun, pero estan ahi un presagio de una edad adulta que se nota incluso en mi "look"; atras quedaron los dias de cabello super largo, como diria Franco de Vita en "Louis"; "eso no se usa ya".. aunque cuando lo usé tampoco se usaba asi que todo bien, no?. 

Con estos años que se han pasado violentamente como una vacación a un lugar divertido, la dimensión de la vida se hace patética. Fugaz como un polvo adolescente y efimera como la pasión de las parejas que se juran amor eterno. Estos años se fueron dejando a su paso el deseo de innovar y de dejar una huella perenne; una huella que te sorprenda a ti mismo. Estos años se han ido sin siquiera haber llegado bien. La melancolia dejó de ser un concepto y se volvio un camino, un ¨modus vivendi", un fin en si misma; el sustituto del azucar en el café de la mañana. La melancolia se volvió mi mejor amiga y esa confidente que siempre esta atenta a tu proxima confesión. Es la amante que te abraza y sonrie cuando te ves al espejo en las mañanas. El fracaso se convirtió con el tiempo en un amigo, en un bastón. Ya no concibes los proyectos si el fracaso no toca a la puerta de tiempo en tiempo. Es tu espada de damocles y las gotas de cianuro puntuales en el te de las 4. 

El fracaso es tu orgullo y el motor de las ganas. 

El amor se convirtió en paz.