jueves, 4 de junio de 2009

del gris...

Grises.. por oleadas llega el gris tocando a la puerta y reclamando sarcásticamente un abrazo, una copa y una buena conversa. Se detiene por un minuto en la entrada y me mira de arriba a abajo, decepcionado por mi reincidencia, casi abatido por mi falta de confianza y me reclama.
Luego de la bofetada pasa a la sala (no ha dejado de mirarme), y con una mueca en lugar de sonrisa me lanza su veredicto: -"Imbecil". No puedo mas que oirlo, no puedo mas que sentir como se eriza la piel de mis brazos, no puedo sentir mas que el frío de la verguenza que no me deja reaccionar, el nudo en la garganta, la lengua seca y el vertigo por querer soltar al menos una palabra y justificarme.. pero no puedo, ya estoy mirando el suelo.
Entonces me habla y me habla y yo escucho y no escucho, me dice cosas terribles de mi y no quiero escucharlo, me recuerda todo lo que me atormenta y deja la puerta abierta para que el Pasado no se moleste en tocar y en confianza pase y sirva la mesa.
Ya no me grita, ya no me mira.. deja de balbucear lo que siempre balbucea en ese punto de la noche, - es que si, es un asiduo visitante-.. saca un cuadernito y hace el ademán de revisar alguna nota, algun recuerdo apuntado, alguna lista de pecados y no encuentra.. pierde la compostura y con los ojos inyectados de rabia, lanza la libretita a la pared y se le inflama la cara de la amargura, de la impotencia y de la rabia hacia mi, o hacia algo.
Me cuesta concentrarme, por esos pequeños mareos propios de los ataques de pánico que no te dejan respirar bien, que son cada vez menos pequeños, no alcanzo a gritar, ni a llorar, en mi cabeza solo estaba ella, que tanto o mas que mi amigo gris, me despreciaba y me endosaba sus dolores, todos justificados.
Por fin, bajó el gris-morado de su rostro y levantó la mirada, y con voz muy baja me dijo "me voy..". Yo no sabía que eso venía, y lejos de tranquilizarme su violenta desición, me puso mas nervioso, pues nunca se iba tan rapido, y sin decir mas..
Casi lo detengo en la puerta, pero pasó de modo tan firme que me golpeé contra la pared tratando de alcanzar la manilla para que no se fuera, solo pude balbucear un debil "no te v.."
Pero ya se habia esfumado.. desconcertado, fuí cerrando la puerta pero alguien tomó mi mano y me dijo "espera, no he salido.."; el Pasado ya había servido la mesa, puso todo en orden, meticulosamente adornada, digna de una ultima cena.. recuperándome del susto por no haber recordado que estaba conmigo, solté la puerta y el pasó. Me miró de reojo y moviendo de lado la cara, como mira a su hijo el padre decepcionado en la oficina de la dirección de la escuela, se fué.
Unos minutos para reacomodarme, para tragar saliva y reaccionar a la escena que acababa de vivir me fueron suficientes para recuperar la compostura y sentir que todo no habia pasado a mayores.. luego de un vaso de agua y al ver la casa no mas gris, decidí que tenía hambre y que algo debia hacer por eso, al fin y al cabo, la mesa estaba servida.
Mientras me acercaba a la mesa, trataba de no pensar en la visita y distraía los pensamientos con el menú que podria prepararme, pues ya todo había pasado.. no mas gris, no mas pasado, solo calma y un poco de hambre.. Estuve un rato en la cocina, pues no quise llamar a ningun servicio de comida a domicilio y cuando mi festin estuvo listo, pasé a la mesa..
en lugar de un plato, un frasco de pastillas, 2 balas y un revolver.
Podré decir que solo hizo falta una bala.

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