lunes, 6 de julio de 2009

de los ojos bien cerrados..


Ahora que pensaba que tenía la razón, justo cuando terminaba de perderla por completo..
Por mucho tiempo trataste de alejarte de ti mismo, del contacto con lo básico, del contacto con lo que te hace humano, no la razón, sino los sentimientos, la fe, el perdón. Por muchos motivos, creciste con una reticencia basica a la expresión del alma (si ella existe), y te hiciste una pequeña capsula con una empalagosa tendencia fisiónica a implotar hasta no dejar nada a salvo a tu alrededor. Cuando de tanto callar, guardar lo que te come y sentir que no quieres sentir mas que la inexpresión de ti mismo, te hace un adicto al fracaso emocional y la perturbación sin limites del dia a dia y no te permite apreciar de ningún modo el lado amable de la vida.
De repente es algo genético, de repente es un trauma no recordado, de repente no es nada, simplemente ideas que fuiste desarrollando como justificación a un carácter introspecticvo y reservado hasta la náusea.
Por unos años tuve la ligera impresión que te habías podido escapar (como muchos) de ti mismo. Lastimosamente, el tiempo se encargó de demostrar que sólo te hiciste de la patetica costumbre de maquillar la depresión con mil y una tretas que solo cobraron las victimas que mas amaste. Pero el tiempo, aun sin quererlo, pasa.
Hoy, un dia mas, como amanece el héroe de acción de las peliculas luego de la escena final, esa escena que no se ve, pero que de existir tal personaje, tendría que ser asi; brutalmente molido y cansado luego de la jornada del dia anterior, sin ganas de nada mas que de tomar analgésicos y comer bien, descansar y no ver un arma de fuego mas nunca en la vida; asi se siente cuando sobrevives a ti mismo y pasas una etapa dura que no deja de doler, pero sabes que pasó.
El gran asunto es enfrentarte a ti mismo horas mas tarde, en la misma pelea que casi no sobreviviste. Mas bien -y repensándolo-, el gran asunto es decidir enfrentarte a ti mismo otra vez. Dejar de mirarte al espejo y mirar alrededor (porque si, la instrospección proviene de un narcisismo exacervado, lo queramos o no. De la estupida contemplación de la tragedia personal, del mas vil enamoramiento del reflejo); y mirar a la que tal vez te está mirando, que te regala riesgos, pero a la vez un poco mas de vida a tu vida, sin vida, a la que te sonríe y quiere conocerte; porque los sentires pasados son pasados aunque no lo quieras y te parta el alma aceptarlo; a la que te tiñe de gris la soledad y te invita a pasear a donde no sabes; a la que no te conviene y por lo tanto la hace la adecuada; a la que no existe y a la inventas cada vez que recuerdas sus risas; las risas de todas aquellas que fueron tus victimas, tus pecados, tus panteones y purgatorios.
Y dejaré de pensar y trataré de volverme ese corrientazo que pasa por la espina, ese enfermo que decreta el fin de la razón y se abraza de los molinos de viento que lo perseguían. Prefiero morir de en manos de otra que de mi mismo.

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